Origen de los cíclopes de Sicilia

 

Cíclope Polifemo
Cíclope Polifemo

ELVIRA MARTÍN SUÁREZ .En la antigüedad, las islas del Mediterráneo estuvieron habitadas por una raza de gigantes, los cíclopes. Lo prueban los fósiles que en ellas se encuentran: grandes cráneos en los que destaca la cavidad redondeada del único ojo que tenían (de ahí su nombre griego kyklõpos, de kyklos, círculo, y õpos, ojos). Y no es sólo un hallazgo reciente. Empédocles (492-432 a.C.) nos cuenta que en su Sicilia natal se habían descubierto grandes osamentas de gigantes. Incluso el mismísimo Boccaccio (1313-1375) atribuyó dichos fósiles a cráneos de los cíclopes. Las reliquias de la antigüedad despertaron el interés renacentista por crear museos en los que se coleccionaba de todo: útiles prehistóricos, minerales, monedas… Y fueron bastante apreciados los restos fósiles de los cíclopes encontrados en cuevas de algunas islas del Mediterráneo.

El canto homérico de la aventura de Ulises con Polifemo tiene, por tanto, una base real, como atestiguan los fósiles. Cuenta la leyenda que los cíclopes eran hijos del dios Poseidón y la ninfa Toosa, tenían un solo ojo, vivían en cuevas y eran crueles gigantes que devoraban a los hombres. Pero esto es sólo la leyenda: porque Polifemo y otros cíclopes ya se habían extinguido antes de la aventura de Ulises.

Parecería que los cíclopes existieron, pero ¿Quiénes eran esos gigantes que poblaron algunas islas del Mediterráneo? En otras palabras: ¿a qué animales pertenecían los fósiles atribuidos a los cíclopes?, ¿por qué sólo se encuentran en las islas y no en el continente?

Migraciones

Durante las glaciaciones del Cuaternario grandes masas de hielo cubrían la Tierra y, consecuentemente, el nivel del mar estaba mucho más bajo que en la actualidad. Por ello, el tránsito de faunas del continente a las islas pudo ocurrir con relativa facilidad. Al menos durante tres glaciaciones se produjeron migraciones de animales a las islas del Mediterráneo.

Las islas son ecosistemas pobres donde la disponibilidad de recursos es menor que en el continente. Además, en ellas no suele haber depredadores. Si comparamos los animales insulares con sus parientes del continente observamos cambios importantes en el tamaño corporal: animales que son pequeñas presas en el continente se hacen, generación tras generación, más grandes en las islas (gigantismo insular). Y viceversa: los animales muy grandes en el continente llegan a ser pequeños en las islas donde el alimento es más escaso (enanismo insular). Además, en el continente el tamaño corporal grande garantiza la supervivencia frente a los depredadores, pero si no los hay entonces ser de menor tamaño supone una ventaja cuando el alimento no es muy abundante.

Entre los animales grandes que colonizaron las islas en distintas oleadas había hipopótamos, ciervos y elefantes. Todos ellos disminuyeron de talla en sucesivas generaciones. El cráneo de los elefantes tiene un orificio nasal enorme para anclar la potente musculatura que mueve la trompa. Además, los colmillos se desprenden del cráneo con facilidad durante la fosilización. Para alguien que no había visto nunca un elefante, ni mucho menos su esqueleto cefálico, era imposible deducir que los cráneos con un solo ojo circular pertenecían a un animal provisto de trompa (que no tiene huesos) y de colmillos. Las cuencas oculares reales, muy pequeñas, son laterales y poco visibles. Estos elefantes eran enanos: se estima que el de Sicilia (Elephas falconeri), el más pequeño, medía un metro de altura hasta los hombros. Pero su cráneo era más grande que el de los humanos y de aspecto más rudo y corpulento.

Elefantes enanos

La presencia de cráneos fósiles de elefantes enanos en Sicilia, Creta, Cerdeña y Malta (entre otras islas) podría haber sido el origen del mito de los cíclopes, por la confusión entre su enorme orificio nasal central con una única órbita ocular (como indicó Othenio Abel, un paleontólogo austriaco, en 1914).

Gráfico sobre la especie de elefantes enanos en Sicilia
Gráfico sobre la especie de elefantes enanos en Sicilia

Los paleontólogos han hecho excavaciones en las islas del Mediterráneo y también han encontrado restos fósiles de elefantes enanos en las capas de sedimentos que rellenaron antiguos lagos. Los animales vivían por toda la isla, pero en las cuevas se preservan muy bien los fósiles y son más fáciles de observar.

Pero lo que resulta enigmático es por qué los cíclopes se quedaban siempre en las islas. No olvidemos que eran hijos de Poseidón y, como dios del mar, podía haberles ayudado a salir de las islas y buscar otras tierras. El trasiego de faunas entre el continente y las islas se producía en ambas direcciones. Los elefantes enanos pudieron lanzarse a colonizar el continente, pero al ser tan pequeños serían presa de numerosos depredadores. Sus posibilidades de sobrevivir eran tan escasas que jamás se encontró un solo cíclope en el continente. Polifemo era habitante de las islas no por ser gigante, sino por ser enano. Y los elefantes enanos son un producto del tamaño reducido de las islas, de los pocos recursos y de la ausencia de depredadores.

Los investigadores no se ponen de acuerdo sobre cuándo se extinguieron estos elefantes enanos. Algunos dicen que fue antes de la llegada del hombre a las islas. Otros apuntan la posibilidad de que convivieran con los Neandertales. Lo que sí parece claro es que la leyenda forma parte de la historia natural de la imaginación humana, porque los cíclopes ya habían desaparecido cuando Ulises, a la vuelta de Troya, consiguió enfurecer a Poseidón por haber cegado a uno de sus hijos. Y no tuvo más remedio que dedicarse a hacer turismo por las islas del Mediterráneo antes de poder volver a Ítaca.