Noto

Noto es la joya del barroco siciliano, y por ende del italiano. El tan acertadamente denominado por Cesare Brandi, “Jardín de Piedra“, lucha fastidioso contra la desidia que ha provocado el poco tacto que han tenido las autoridades para con el fantástico conjunto arquitectónico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1996.

Fontana de Hercules - Noto
Fontana de Hércules – Noto

HISTORIA DE NOTO

Noto nace como el producto del azar, del capricho que originó que el terremoto de enero de 1693 que asoló la parte oriental de Sicilia, se cebara con Noto Antica, la ciudad medieval original, fundada por los sículos allá por el siglo IX a. C., que quedó totalmente reducida a escombros. Toda huella de los pueblos que enriquecieron tan notable villa, fue prácticamente borrada, y sólo una excursión a la antigua Noto, a 12 km de la actual nos permitirá hacernos cargo de la devastación.

Del desastre surgió la oportunidad de construir una nueva Noto en la pendiente de la colina; un lugar diseñado, según el gusto barroco de la época, con calles paralelas intercaladas entre plazas que se plantearon como grandes escenarios, con escalinatas, terrazas y desniveles; creando un espacio de armonía entre iglesias, palacios, conventos y casonas de piedra que, al contacto con el sol, adquieren una tonalidad dorada irrepetible.

Balcón barroco de Noto
Balcón barroco de Noto
La nueva Noto -obra de los arquitectos Rosario Gagliardi y Vincenzo Sinatra a partir del diseño de una retícula cuadriculada de Fra’Angelo Italia– se convirtió en la capital siciliana del Barroco por su exuberancia y la unidad de estilo. Noto es el estandarte del estilo barroco en todo el Val di Noto, donde las otras siete ciudades de su valle –Caltagirone, Militello, Val di Catania, Catania, Módica, Palazzolo, Ragusa y Scicli- aglutinan el desarrollo del barroco llevado al máximo esplendor.

Los arquitectos diseñaron la ciudad ordenada por estados sociales a lo largo de un eje principal y tres plazas que alternan conventos, palacios, iglesias y monasterios; una parte se dedicó al poder religioso, otra a los nobles y la última al pueblo llano, agrupado en los llamados quartieri popolari.

La calle principal de Noto, el corso Vittorio Emanuele III al que se llega nada más cruzar la Puerta Real (al estilo de los arcos del triunfo romanos, y construida para conmemorar la visita de Fernando II en 1838), representa el epicentro del poder eclesiástico con la catedral de S. Nicolò y las iglesias de S. Franceso, S. Chiara, S. Carlo Borromeo y S. Domenico y sus respectivos conventos.

San Domenico de Noto

En paralelo y subiendo el desnivel de la colina, la vía Cavour y sus calles perpendiculares eran el hogar donde la nobleza se construyó palacios tan espectaculares como los de Nicolaci di Villadorata, Astuto e Impellizzeri. Más allá, los artesanos y los menos pudientes vivían en los barrios de Agliastrello, Mannarazza y Pianalto.

Detalles del barroco de Noto
Detalles del barroco de Noto
La exuberancia del planteamiento barroco que se implementó sobre Noto, se plasmó sobre todo en las plazas, creadas como si fueran grandes escenarios para representar la vida diaria: la Plaza 16 de mayo gira entorno a la escultura de Hércules -de lo poco que se salvó del terremoto-, el Teatro Vittorio Emanuele III y el convento de S. Domenico; y la Plaza del Municipio con el Ayuntamiento -ubicado en el Palazzo Duzecio, en honor al rey que defendió Noto de los griegos en el siglo V a.C.- y la catedral, formando el llamado “area maioris ecclesiae”. Un poco más adelante la iglesia de San Carlo, obra de Gagliardi 1n 1730, y desde cuya torre las vistas de Noto bien merecen subir unas escaleras.

La historia de la Cattedrale de Noto, es la suma de continuos desastres -naturales y humanos- que han causado su ruina en tres ocasiones (1760, 1848 y 1996). En los años 50, el techo de madera fue sustituido por un forjado de hormigón que medía 48 cm. de espesor; lógicamente, al aplicar tanto peso sobre los arcos que sostenían la bóveda (muy debilitada por otros seísmos y por la mala calidad de los materiales empleados en las dos reconstrucciones anteriores), el colapso fue inevitable y la cúpula se derrumbó el 13 de marzo de 1996 arrastrando parte de las capillas laterales y de la nave central.

Catedral de Noto
Catedral de Noto
Las ménsulas que decoran sus balcones son objetivo goloso para los amantes de los detalles; destacan sobremanera las del Palazzo Nicolaci donde las figuras grotescas nos miran desde su altura con forma de sirenas, caballos, leones, quimeras, hipogrifos, demonios o angelotes. Figuras de la mitología que sustentan los balcones donde los nobles se asomaban para contemplar la infiorata, la fiesta popular que cubre las calles de Noto con alfombras de flores cada tercer domingo de mayo.
Infiorata di Noto

En la parte alta de Noto, el edificio más destacado sin duda, es el Santissimo Crocefisso, en la Piazza Mazzini, del arquitecto Gagliardi, y sus calles paralelas, Via Ducezio con las iglesias del Carmine y Santa Maria dell’Arco, y via Cavour con el Palazzo Battaglia de 1735.

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