Hay pocos monumentos que definan tanto a una ciudad como la Fontana della Vergogna (Fuente de las Vergüenzas) en la Plaza Pretoria del centro de Palermo. Se trata de una inmensa fuente completamente trabajada en mármol blanco de Carrara, con alegorías mitológicas.
A escasos pasos del cruce de Via Maqueda con Vittorio Emmanuele conocido como Quattro Canti, se alza como una metáfora del poder político, la Plaza Pretoria. En los flancos el Comune (ayuntamiento), dos palacios nobles (uno de ellos el Palazzo Bonocore), y las iglesias de San Giuseppe dei Teatini -al otro lado de Via Maqueda- y Santa Caterina.
Historia de la Fuente Pretoria
Franceso Camilliani fue el artista que dio luz a un universo de figuras humanas, seres mitológicos y divinidades entre 1554-55. Concebida para decorar la la villa de don Pedro de Toledo y Zúñiga (virrey de Nápoles y Capitán General de los ejércitos españoles) en la exuberante Florencia, a su muerte, Luis, el hijo del noble la vendió al senado de la ciudad de Palermo. La venta fue posible a la mediación de García de Toledo Osorio, hermano de Luis y antiguo virrey de Sicilia
Fue trasladada en barco a Sicilia, en 644 pedazos y montada en Palermo en 1573, con la dirección de Camillo Camilliani, hijo del escultor y la colaboración en el montaje del escultor Michelangelo Naccherino. Para integrarla en la Piazza Pretoria fue necesario remodelar el espacio urbano del siglo XVI, y eliminar algunos edificios.
Se dice que durante el periodo de dominio y ocupación de los españoles en Palermo, los mesineses enfrentados con los palermitanos, rompieron la nariz de las estatuas. Otra versión dice que los más puritanos de la ciudad, entre ellos las monjas de los conventos cercarnos, se escandalizaron con la desnudez de las figuras, y por ello decidieron castrar las esculturas. Temerosos de «tocar los genitales», optaron por fracturar sus narices. En todo caso, los «tabiques nasales rotos «se restauraron.
Durante muchos años (de 1998 a 2003) estuvo tapada por una eterna remodelación, que afortunadamente acabó, devolviendo a los palermitanos uno de los conjuntos escultóricos más bellos de Sicilia.
La Fuente Pretoria
Una verja de forjado obra de Giovan Battista Basile circunda y protege la fuente, a la que solo se puede acceder desde el lado que da a Vía Maqueda. Su forma circular con tres grupos concéntricos de pilas, permite que la disfrutemos rodeándola ya sea desde fuera o desde los pasillos y escaleras internas.
Balaustradas y pequeños puentes tienden los lazos que nos permiten movernos en torno a la Fontana y admirar de cerca las esculturas y las bañeras que acumulan el agua que se vierte desde el conjunto central. Según una reinterpretación del poeta Antonio Veneziano, las cuatro fuentes menores son una alegoría a los cuatro ríos que regaban Palermo: el Oreto, Papireto, Gabriele y Mardolce. Sin embargo, como ya hemos comentado la ubicación original de la fuente no iba a ser en Palermo, por lo que se trata de una asignación posterior para dar más sentido a la obra en el contexto de la antigua Panormus.
El nombre fontana delle Vergogne viene dado por el pudor de la sociedad palermitana frente a los desnudos, mejor dicho las partes «impúdicas» o vergüenzas al aire de las esculturas. Del mismo modo, los ciudadanos de Palermo, en los siglos XVIII y XIX encontraban similitudes entre sus gobernantes corruptos y los personajes de la fuente, motivo por el que también se le denominada Fuente de las Vergüenzas.
Casi 50 esculturas adornaban la fuente, con noventa columnas formando el perímetro de la balaustrada. Parte de las esculturas se fracturaron con el transporte y otras quedaron en manos de Luis de Toledo, el hijo del virrey. Dos de ellas son posiblemente las divinidades que hay en el Museo del Bargello de Florencia.
La fuente está formada por un juego de simetría en el que cuatro escaleras ascienden hacia la fuente central. Cada escalera está flanqueada por dos esculturas en la parte inferior y otros dos al finalizar los peldaños. Se tratan de divinidades paganas del mundo clásico. Por ejemplo al pie de las escaleras encontramos al Baco romano o Dionisio griego, con su racimo de uvas representando el vino; y al otro lado Hércules; Diana y Apolo; Adonis Venere; o Mercurio y Pomona. Y en lo alto
En el anillo inferior, entre cada escalera hay una bañera, sobre la que se presentan un Tritón y una Nereida, y en el medio una de las figuraciones asociadas con el Oreto, Papireto, Gabriele y Mardolce.
Inmediatamente detrás de estas cuatro representaciones de dioses una hilera de seis bustos de animales (algunos imaginarios o mitológicos) escupen agua de sus bocas.
Si prestamos atención se aprecia la presencia de Orfeo, que con el sonido de su lira pretende adormecer al perro de tres cabezas Cancerbero, para liberar a la ninfa Eurídice
La fuente central en lo alto la escultura de agarra una Cornucopia (símbolo de opulencia y derroche), sostenida por una amalgama de cuatro delfines, y a su vez por atlantes en la parte inferior.
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