Vulcano es la isla más cercana a Milazzo, desde donde parten los transbordadores hacia las islas Eolias. Según la mitología el dios del fuego Vulcano tenía aquí su fragua. Homero la describe en la Iliada como el hogar del Dios Eolo, diciendo que es “una isla blanca con infranqueables muros de bronce y picos desnudos”.

El olor penetrante del azufre es solemne anfitrión para los huéspedes de Vulcano. Su actividad volcánica constante, pero controlada permite disfrutar de los lodos burbujeantes y las fumarolas de chorros de vapor.
El instituto de Vulcanología de la Universidad de Catania mantiene en continua vigilancia los niveles de expulsión de azufre y los movimientos sísmicos, siempre atentos a cualquier alerta.
HISTORIA DE VULCANO
Vulcano fue llamada Thermessa la caliente, Terásia, tierra caliente, y Hiera, la sagrada fragua de Hefesto donde los cíclopes forjaban los rayos para Júpiter.
Tucídides ya relata los primeros testimonios de erupciones allá por el siglo V a.C. pero son muchos los autores de la antigüedad que la describieron como una tierra árida o peligrosa. Los romanos quienes dieron dieron el nombre definitivo de Vulcano a la isla. Fueron los romanos quienes dieron dieron el nombre definitivo a la isla.

Deshabitada hasta el siglo XVIII, a comienzos del XIX el general borbónico Nuziante comenzó la explotación de las minas de azufre de Vulcano. Los reclusos de Lípari se encargaban de trabajar en las minas, y es entonces cuando se construyen las primeras casas y carreteras.
Tras la caída de los borbones en 1860, un emprendedor escoces llamado James Stevenson adquirió la parte norte de la isla en 1870, dedicándose a a plantación de viñedos. Toda su obra se vio echada a perder en 1888 por la erupción del volcán que duró dos años. Stevenson abandonó la isla y sólo quedaron unas pocas familias. Sólo el turismo devolverá la vida y el ajetreo a Vulcano. Sólo el turismo devolverá la vida y el ajetreo a Vulcano ya en el último tercio del siglo XX.
Han sido numerosos los viajeros que han visitado Vulcano atraídos por sus colores, por la mitología o su paisaje, retratados por artistas como Jean Houel.

QUÉ VER Y HACER EN VULCANO
La isla de Vulcano es uno de los destinos típicos de las Eolias, famosa por su cráter humeante y los baños de fango sulfurosos.
En la isla de Vulcano se aprecian y distinguen tres unidades formológicas. En el sur hay numerosos estrato volcanes de apreciable tamaño, como monte Aria (500 m.), monte Sarraceno (481 m.) y monte Luccia (188 m.), que envuelven la planicie en la que se encuentra la población de Vulcano Piano y la de Gelso.

La segunda es el propio Vulcano Fossa, el cráter humeante con 500 metros de ancho y 200 de profundidad, mientras que la tercera es la de Vulcanello, una plataforma a norte del puerto que se unió al resto de la isla gracias a varias coladas y deposiciones de ceniza a lo largo de la historia.
El olor penetrante del azufre es solemne anfitrión para los huéspedes de Vulcano. Su actividad volcánica constante, pero controlada permite disfrutar de los lodos burbujeantes y las fumarolas de chorros de vapor.
EXCURSIÓN Y ASCENSIÓN AL VOLCÁN DE VULCANO

Se accede a la isla de Vulcano a través del Porto Levante, bajo el Gran Cratere o Fossa di Vulcano de 386 m. La ascensión al cráter no es excesivamente dificultosa y en una hora (para aquellos poco habituados al ejercicio un poco más) podremos llegar a la cumbre y disfrutar de las fantásticas vistas de todas las islas. Conviene evitar las horas centrales del día, ya que el sol castiga y la ascensión es corta, pero empinada.

Los cristales amarillos de azufre, y fragmentos de obsidiana tiñen la ladera del volcán, que escupe vapor por sus bocas humeantes. Es obvio que se debe respetar las alertas de peligro por toxicidad de las piedras de azufre humeante del cráter. La furia del Dios Vulcano bien merece no jugar con fuego.
Desde el anillo del cráter las vistas son espectaculares, y aunque se haya cerrado parte del tramo que rodea el cráter, debido a los intensos y peligrosos humos de azufre, podemos disfrutar de uno de los pocos volcanes activos abiertos al público.
BAÑO EN LOS LODOS DE FANGO DE VULCANO
Además de sus playas de aguas tibias (incluso en invierno) calentadas por las fumarolas, otro de los puntos recurrentes de Vulcano son los baños terapéuticos de lodo caliente (fanghi) en el farallón de Levante, en las cercanías del desembarcadero, donde los turistas se cubren hasta el cuello mientras se tuestan al sol.

La experiencia -citada en tiempos clásicos por el poeta Virgilio- merece la pena, pero ya advertimos que peses a la ducha, el olor de azufre no se desprende en unos días, y cala hondo en el bañador, toalla y ropa. Sus cualidades terapéuticas parecen no tener discusión, y genera cierta gracia el revestir el cuerpo del fango mientras el lodo burbujea cosquilleando nuestro cuerpo.

EXCURSIÓN EN BARCO
Otra actividad recomendable en Vulcano es el paseo en barco por su costa, saliendo desde Porto Levante hasta la parte oeste de la isla en la que hay varias cuevas con formaciones interesantes.

PLAYAS DE VULCANO
Apenas superado las pozas de fango volcánico encontramos la Spiaggia delle Acque Calde, cuyo nombre hace alusión a las cálidas aguas que se calientan por geotermia.

En la bahía de Poniente la playa de Sabbie Nera es una de las más bonitas de la isla de Vulcano, aunque quizá demasiada concurrida en verano.
En la punta norte de la península de Vulcanello -generada en el 183 a.C. a raíz de una erupción submarina- se hallan formas rocosas extrañas, visibles desde el mar (conocido como el Valle de los Monstruos) que los eolianos han ido dando nombre. Son fruto de la erupción acaecida entre 1888 y 1891, cuyo magma en forma de “costras de pan” esculpió de forma natural caprichosas formas.
Por contra, al sur de la isla de Vulcano, Gelso, posee una playa mucho más tranquila Spiaggia dell’Asino, a la que se accede por una carretera panorámica.
QUÉ MÁS HAY EN VULCANO
Bordeando el cráter hacia el sur encontramos el Caseificio La vecchia Fattoria, un lugar donde adquirir productos locales. Es la única lechería de las Islas Eolias elaborando quesos de cabra y ricotta.
Inmersiones en Vulcano
La isla de Vulcano es particular por la presencia del coral anaranjado conocido como parazoanthus en la zona de Capo Grosso, que además cuenta con una importante vida animal marina.
Para desplazarnos podremos alquilar una moto, lanchas neumáticas, canoas, motos de agua, bicicletas o incluso un minibús, pero en un par de horas se puede hacer a pie.
Alojamiento y Hoteles para dormir en la isla de Vulcano
A menudo se piensa en Vulcano solo como una isla para llevar a cabo la excursión al cráter. Ello deriva en una excursión o tour rápido que impide conocer la isla con calma. Dependiendo de los días que tengamos pensado dedicar a las Eolias, podemos pensar en dormir al menos una noche en Vulcano y disfrutar de sus playas.
Excursiones y tours en la isla de Vulcano
Hay tours que combinan tanto la excursión al cráter con salida desde Milazzo, como varias islas, normalmente Stromboli, Panarea o Lípari.
Ferries a la isla de Vulcano
Los ferries son la única opción de llegar a Vulcano. Dado que no tiene sentido llevar coche, los barcos (aliscafos) rápidos son la mejor opción.

Lo normal es que lleguen desde Lípari, parando en Vulcano para luego continuar hacia Milazzo, o al revés, que lleguen desde Milazzo para parar en Vulcano y después seguir hasta Lípari. La isla de Lípari está a apenas un kilómetro por lo que si queremos visitar Vulcano, podemos alojarnos allí y venir en ferry.
Cómo moverse por Vulcano
Para desplazarnos podremos alquilar una moto, lanchas neumáticas, canoas, motos de agua, bicicletas o incluso un minibús (solo en los meses de verano), pero en un par de horas se puede hacer a pie.

Lo normal es que optemos por caminar, especialmente si ascendemos al cráter, al que solo se puede llegar a pie. Si queremos ir al sur para conocer el pueblo de Gelso podemos alquilar una moto, que no servirá también para alcanzar rápidamente las playas de Vulcanello. La bicicleta es una buena opción ya que de punta a punta son solo quince kilómetros de distancia.
Consejos
No es mala idea llevar un pañuelo por si el olor a azufre o la cercanía de las fumarolas nos marean o nos producen nauseas. El olor sulfuroso es intenso y penetrante.

Por otro lado conviene no poner en contacto la ropa o toallas con las zonas de azufre, dado que pueden corroerse y estropearse, y seguro adquirir un olor difícil de eliminar.
Es importante seguir las indicaciones de prohibición de no acceder por caminos cerrados al volcán. Aunque pueda parecer factible las lluvias suelen remover el terreno y la arena se hunde.
La mejor época para visitar Vulcano y el resto de islas es en verano porque el resto del año estaremos condicionados por el estado del mar y por la ausencia de servicios como alojamiento o restaurantes. En todo caso mejor evitar agosto, siendo preferible junio o septiembre.