Los que visitan Sicilia con prisa se equivocan ya que en la isla hay mucho que ver. Para empezar hay que tener que Sicilia tiene una superficie algo menor que Cataluña, 25.711 km frente a los 32.108 km² de la comunidad autónoma catalana, de modo que hay que tener paciencia. De todas formas lo importante es saber qué se quiere ver, y cuanto tiempo disponemos para el viaje. Hay muchos lugares de interés y lo importante es saber que buscamos: naturaleza, monumentos, ambiente urbano, postales para la foto de instagram, o la Sicilia más auténtica…
¿Pero, hay tanto qué ver?
Sicilia se puede ver en una semana, o al menos «lo esencial» o «lo que no hay que perderse» y que sale en los listados top 10 de webs demasiado ambiciosas y poco realistas. Pero ello supondrá hacer muchos kilómetros y pasar poco tiempo en cada lugar. Y eso va en contra del ritmo de vida siciliano. Si aún así estamos dispuestos a ese viaje desenfrenado lo imprescindible es:
Palermo refleja lo mejor y lo peor de Sicilia. Ese aire trágico y decadente (aunque cada vez menos) con elegantes palacios que parece que se caen, y la mezcla árabe-normanda son puro Mediterráneo.
Valle de los Templos de Agrigento. Cuando el viajero descubre que lo mejor de la Grecia clásica está en Sicilia, en lugares como Agrigento o Selinunte, se olvida de cualquier aspecto negativo de la isla.
Siracusa es una joya. La península de la Ortigia es coqueta, y junto al parque arqueológico son uno de los imprescindibles de Sicilia.
Ragusa, Noto y Módica. Estas tres ciudades junto a otras del Val de Noto son patrimonio Unesco por su conjunto barroco y la ventaja de que no sean siempre las más visitadas es un apunte de viajero absoluto.
Volcán Etna, el coloso siciliano es sencillamente impresionante, pero si quieres visitarlo piensa en un día entero para hacer un trekking auténtico por sus laderas
Taormina. Este precioso pueblo colgado como un balcón sobre la montaña despierta pasiones, y en ocasiones un odio por la congestión que se condensa en sus calles. Ya solo las vistas del teatro griego merecen la pena, y si buscas tiendas y una marabunta de gente Taormina te va a encantar.
Catania sigue siendo auténtica. Ni las continuas coladas de lava que la han arrasado han acabado con su fuerza. Lugares como la pescheria con la algarabía de gritos y los olores del pescado, Via Etnea, Via Crociferi, el antiguo teatro o el monasterio benedictino hacen que se deba parar.
Cefalú. La villa por excelencia de Sicilia, con sus casas besando las olas y la preciosa catedral normanda bajo la montaña. Cuando pasemos por el norte de Sicilia hay que detenerse en Cefalú.
Las islas Eolias. Estas siete joyas, cada uno peculiar y diferente deberían ser un viaje aparte ya que si solo nos planteamos una excursión en barco para ver la lava del volcán Stromboli o subir a lo alto de Vulcano, nos estaremos olvidando de tantos rincones que son lugares para jubilarse y bajarse del mundo.
Villa romana del Casale. En pocos lugares del antiguo Imperio romano encontrará un pavimento de mosaicos tan bellos y completos como el de la Villa de Casale cerca de Piazza Armerina.
Y mucho más para ver
Pero como siempre hay mucho más, Caltagirone con su escalera cerámica, la Reserva de lo Zingaro, las islas Egadi, el duomo de Monreale, Lampedusa… y así hasta el infinito. En función de si nuestro viaje y ruta es por una sola zona de Sicilia, o de si tenemos pensado regresar o pasar más días, podemos diseñar el itinerario para incluir alguno de esos pequeños secretos que se merecen ver con calma.
¿Pensando en viajar?
Estos son los puntos principales, pero como podréis ver están dispersos por toda la isla, de modo que o lo repartís en dos viajes, o descartáis alguno, u os centráis en una zona de Sicilia, o aún mejor, dedicáis al menos 10 días o dos semanas a conocer Sicilia. ¿Qué te parece? Si te interesa un viaje organizado o un Fly and Drive con coche y alojamiento nos puedes escribir.