Santa Agata de Catania

Dicen que Catania tiene tres figuras inviolables, una es el compositor Vincenzo Bellini, hijo pródigo de la ciudad, la segunda es el Etna que ha marcado el carácter de los cataneses, y la otra figura que define sobremanera Catania es Santa Agata. Utilizada como talismán, como Santa protectora de la ciudad, Santa Agata abarca muchos más espectros que el religioso.

En las peores épocas de crisis social o económica se la ha invocado para salir indemne de pestes, terremotos, o la furia del Etna.

Santa Agata

Las disputas por el origen de la Santa han confrontado a los estamentos universitarios, eclesiásticos y populares de Palermo y Catania. Poco importa que los antropólogos asocien el culto a la Santa como versión cristiana del culto a Isis.

Igualmente, y desprendiéndonos de la lógica mitificación de Santa Ágata es inevitable no vivir la pasión con la que la ciudad se impregna de su sello. Desde la inscripción en el monumento de Liotru (el elefante que soporta el obelisco egipcio en el centro de la plaza de la catedral), hasta el propio ayuntamiento, pasando por santuarios improvisados en medio de las calles, Catania es Santa Ágata y viceversa (afortunadamente también muchas cosas más).

El mito nace en la Edad Media y narra la resistencia de la santa a las intenciones libidinosas del proconsul romano Quinizano que en el año 238 d.c. mutilo sus pechos entre otras partes del cuerpo. En el año 1040 los restos son transportados a Constantinopla por el generl bizantino Maniace, y no será hasta el 1126 cuando son retornados a Catania, desde Aci Castello. Cuentan que los vecinos salieron a las calles en camisón a recibir a los soldados Goselmo y Gisliberto.

Santa Agata de Catania

Todos los años desde el 3 hasta el 5 de febrero asistimos en Catania a un evento magno de participación popular en clave religiosa y social que aúna fieles y a paganos.

Durante estos días las calles viven una mezcla de pasión, fervor popular y folclore aderezada con el desfile de la Santa por los barrios céntricos de Catania, arrastrada sobre una carroza por 700 varones (i nudi), vestidos con camisón blanco como sus antecesores. Alrededor, todos los participantes portan velas de mayor o menor tamaño (las más grandes impresionan por su tamaño y por la cantidad de cera ardiendo que desprenden).

Santa Agata

La Catania, renacida en muchas ocasiones tras los terremotos y las erupciones del Etna ha dedicado iglesias y monumentos a su patrona, entre ellos los restos de la prisión donde fue martirizada la Santa, en la cuesta de los Capuchinos, en le interior de la Iglesia de Sant’Agata al Carcere. Cerca se hallan las Iglesias de Sant’Agata alla Fornace (en piazza Stesicoro) y de Sant’Agata la Vetere (via S. Maddalena), la primera catedral de Catania. Y todavía en Badia di Sant’Agata, la stele in piazza dei Martiri, la fontana di via Dusmet, y el Duomo normando-barroco encontramos referencias a la Santa.

En España numerosas poblaciones celebran la festividad de Santa Agata (llamada Santa Agueda en castellano). Los primeros días de Febrero de este 2009 podremos presenciarlas por toda la península.