Procesión de los Gigantes Mata y Grifone en Messina

Mata y Grifone
Mata y Grifone

Si algo no consiguió sepultar el tsunami de Messina en 1908 es el calor que ponen sus habitantes en una de las fiestas por excelencia de la ciudad y de toda Sicilia, la procesión de los Gigantes.

Mata y Grifone son los padres mitológicos de la ciudad del estrecho, dos colosales estatuas de gigantes, que a caballo recorren toda la ciudad exhibiendo su presencia. Mata representa una messinesa y Grifone un árabe conquistador de la ciudad de Messina.

Las estatuas se confeccionan con cartón sobre una estructura hueca que alcanza los ocho metros de altura. La figura actual a caballo se adoptó en 1723, pero fue en la década de 1950 cuando se completó con las patas del equino, lo que permite ser transportadas mediante carros con ruedas. Anteriormente las espaldas de los costaleros cargaban con el peso de los gigantes, llevando a cabo una cabalgada dura por la ciudad.

El origen de la tradición parece partir de la devoción por los dioses Kronos e Rhea (para los romanos Saturno y Cibeles), Cam y Rea, Zanclo y Rea, Mata y Grifone. En 1547 la aparición en el barrio Maredolce de Palermo de restos prehistóricos de elefantes enanos e hipopótamos generó una corriente que defendía la existencia entre los palermitanos de Gigantes que habían habitado y fundado la ciudad. La reacción de los habitantes de Messina fue la de afirmar que ellos también tenían gigantes, y por ello ordenaron la construcción de las dos estatuas.

Restauradas con el tiempo, sin embargo los dos gigantes conservan los elementos estéticos originales, con su vestimenta colorida. Entre el 10 y el 14 de Agosto el cortejo de gente los lleva en volandas, con una teatralización de música, bailes y vestidos tradicionales que merece la pena. En 1993 se recuperó una de las antiguas partes de la procesión, que consistía en un tercer carro con la figura de un camello, que había dejado de emplearse al año siguiente del terremoto a principios del siglo XX. Los lugareños dicen que guarda referencia con el animal sobre el que entró el normando Ruggero d’Altavilla cuando reconquistó la ciudad y acabando con el dominio árabe de la parte oriental de Sicilia.